Murió Miguel Uribe a sus 39 años, senador y precandidato presidencial

El senador y excandidato presidencial Miguel Uribe Turbay murió en la madrugada del 11 de agosto de 2025 en la Fundación Santa Fe de Bogotá, dos meses después de que un menor de 15 años le disparara en la cabeza y el abdomen durante un mitin político en la capital, el 7 de junio, dejándolo en estado crítico. Desde entonces, Uribe pasó por 19 cirugías, la última de ellas un día antes de su fallecimiento para atender una hemorragia interna, pero no logró superar las graves lesiones.

En un comunicado oficial, la clínica confirmó que el deceso ocurrió a la 1:56 de la madrugada y lamentó el desenlace pese a los esfuerzos médicos ininterrumpidos durante más de dos meses. Uribe, de 39 años, deja cuatro hijos: tres niñas y un niño, Alejandro. Su esposa, María Claudia Tarazona, expresó un emotivo mensaje en redes: “Siempre serás el amor de mi vida. Descansa en paz, amor de mi vida, yo cuidaré a nuestros hijos”.

La noticia provocó multiples reacciones en el país, incluso la vicepresidenta Francia Márquez calificó el asesinato como “un golpe a la democracia” y llamó a no permitir que la violencia siga marcando la política colombiana. Desde su bancada y otros sectores se exigió el esclarecimiento total del crimen, que aún mantiene en reserva la identificación de sus autores intelectuales; también el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, quien aseguró que el atentado contra Miguel Uribe Turbay es un atentado contra la democracia y los que luchan por un país sin violencia, regresando al país a su peor versión.

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Uribe Turbay, abogado con estudios en Harvard, fue concejal y secretario de Gobierno de Bogotá, candidato a la alcaldía, senador y aspirante a la Presidencia de la República. Su agenda política se centró en la seguridad ciudadana y la transparencia, lo que lo convirtió en una figura influyente de la oposición. Su asesinato, condenado por líderes y medios internacionales, reaviva el debate sobre el aumento de la violencia política en un año preelectoral y la urgencia de garantizar la protección de los dirigentes en Colombia.